lunes, septiembre 05, 2016

Chicas de calendario. La irreductible Jane.


Esta gran señora me produce una admiración infinita y un tremendo respeto, de hecho es la única de mis chicas de calendario que no es una fantasía o que ha pasado a mejor vida, Jane Goodall está entre nosotros y más viva que nunca, de hecho hace unos meses en Madrid dio una lección de dignidad y lucidez a quienes tuvieron la suerte de escucharla.
Jane Goodall nació en 1934 en Londres y la mayor parte de sus 82 años los ha pasado en África luchando por los derechos de los animales, principalmente de los chimpancés. Es primatóloga y antropóloga y posee todos los premios habidos y por haber.

Ya desde niña, en un Londres arrasado por las bombas, descubrió su amor por los animales mientras daba la brasa a los adultos asegurando que viviría de mayor en Africa rodeada de estos. Tras una durísima posguerra y sin formación científica alguna, Jane decide embarcarse a los 23 años rumbo a Kenia para cumplir su sueño de niña. Allí tenía un amigo que le presentó al famoso paleontólogo Louis Leakey. Después de mantener varias charlas sobre la vida animal Leakey intuyó que tenía ante sí un verdadero filón, una joven sin estudios ni experiencia pero con una pasión contagiosa y unas ganas de trabajar inabarcables. Durante 1957 la tuvo a su lado como secretaria y al año siguiente la envió a Londres a estudiar conducta y anatomía de los primates. En 1960 volvió a África y Leakey, tras recaudar fondos, le marcó su destino con una propuesta que no podría rechazar, ir a estudiar simios al Parque nacional de Gombe Stream en Tanzania. Muy satisfecho con su trabajo, el bueno de Leakey volvió a recoger pasta gansa para su pupila y en 1962 la facturó de nuevo a Gran Bretaña, esta vez estudiaría en la Universidad de Cambridge, donde -sin titulación universitaria previa- consiguió el doctorado en etología. 

Los descubrimientos de Goodall en Gombe supusieron un vuelco entre la comunidad científica porque no se vieron contaminados por abrumadores conocimientos técnicos ni por un academicismo trasnochado  -recordemos que no tenía carrera universitaria- así que sus observaciones fueron limpias y naturales, observaba a sus monos como quien vigila a un bebé y sus reacciones, les puso nombre y anotaba las diferentes personalidades de cada uno, sus emociones y unas conductas muy “humanas” como abrazos, palmadas y cosquillas. También descubrió otras acciones humanas como una agresividad innata en los chimpancés. En definitiva, sus estudios supusieron un salto cualitativo en los conocimientos sobre la conducta de los simios demostrando que los parecidos entre humanos y primates no se pueden reducir a lo genético, también nos acercan las emociones o las relaciones familiares y sociales.

Jane Goodall es admirada y reconocida en todo el mundo, a su talento innato como divulgadora hay que añadir el apoyo que le prestó desde el principio National Geographic financiando sus investigaciones y que la dio a conocer por medio de artículos, documentales y libros. A destacar también los Institutos Jane Goodall, con sede en 19 países, cuya labor es proteger a los chimpancés y sus hábitats.

Actualmente, a pesar de su edad, Goodall viaja constantemente difundiendo sus conocimientos y dando conferencias por todo el planeta intentando concienciar sobre lo decisivo de impedir la deforestación, frenar el crecimiento imparable de la población para hacer de éste un mundo sostenible y acabar con la pobreza. Sus mayores admiradores son los jóvenes y eso es ya motivo de esperanza.
Para acabar os voy a poner un video emocionante, es la liberación de una chimpancé en el Congo y a mi se pone la carne de gallina cada vez que lo veo. Casi al borde de la muerte, Wounda, que es como se llama la mona, fue recogida después de que unos furtivos mataran a sus padres. Siempre he pensado que quien maltrata a los animales es capaz de lo peor también con sus semejantes humanos y por ende quien cuida y protege a los animales debe empatizar más fácilmente con las personas que le rodean. Contemplando este abrazo entre Jane Goodall y Wounda pienso que podría simbolizar el imprescindible respeto que debemos a todos los seres vivos de este planeta. A quien no le hubiera gustado ser un mono durante unos instantes para abrazarse a Jane Goodall, esa mujer todo amor y humanidad, a mi me hubiera encantado.







2 comentarios :

  1. Toda una lección de vida¡¡¡¡
    Yo también pienso que los animales nos "humanizan" porque tienen sentimientos en estado puro, sin contaminar.
    Gracias por regalarnos tu calendario, que me acompaña cada dia y por estas maravillosas historias.
    Gema

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  2. Totalmente de acuerdo contigo!
    Además con mujeres como Jane Goodall por el mundo aún nos queda una esperanza de llegar a 'civilizarnos'.
    Muchas gracias Gema
    Marta

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