La fotógrafa Sharon Montrose cogió por primera vez una cámara en su época de instituto.
Soñaba con dedicarse a la fotografía profesional, pero tras una serie de intentos fallidos fotografiando sin demasiado exito a familiares y amigos decidió tomarse un descanso.
Fue en ese momento cuando su familia adquirió un perro. Sharon decidió practicar su pasión haciéndole retratos a este nuevo miembro de la familia, para darse cuenta de que por fin había encontrado a aquellos que serían sus modelos ideales: los animales.
Esta revelación llevó a Sharon primero por el camino de la fotografía comercial y la publicidad, pero continuó concibiendo proyectos personales como una salida creativa.
Aquí podéis adquirir sus fotos por unos 25 dolares y aquí ver su web, que no tiene desperdicio.
Aunque si lo que os apetece es una sesión de fotos para un buen amigo peludo me temo que hay que viajar a Los Ángeles.
Son tan lindos! :)
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