jueves, abril 06, 2017

Chicas de calendario. La rompedora Escarlata.

“Juro por Dios que nunca volveré a pasar hambre”, con esta declaración de principios pasó a la historia y a la vez dejó claro que no se iba a dejar amilanar por nadie.
Escarlata es la protagonista absoluta de la archiconocida película ‘Lo que el viento se llevó’ que marcó época con sus pasiones sureñas, sus grandes mansiones, sus esclavos y terratenientes y la Guerra de Secesión como punto de inflexión. 
Seguimos su evolución, como va creciendo entre algodones y como se convierte en una jovencita prometedora -que en esta sociedad tan profundamente conservadora significaba ser apta para formar una gran familia-, en un bellezón sureño pero con carácter, manipuladora y caprichosa, que utiliza sus armas de mujer para dejar fuera de juego a muchos de sus pretendientes.

Y esta señoritinga de Georgia se va convirtiendo a ojos del espectador en casi una superwoman, porque no acata las reglas establecidas, porque tiene sus propias opiniones y las muestra en público -lo cual era muy atrevido  para la sociedad esclavista de los grandes terratenientes del Sur de Estados Unidos-. Y las normas las rompe mediante el amor y el dinero.

Imaginaos la movida; jovencitas educadas para agradar a sus maridos, para mirar y callar; grandes fiestas donde los caballeretes sureños se reúnen para fumar y hablar de grandes temas mientras las chicas languidecen pensando en conocer a un príncipe azul, pues ahí entra la pizpireta señorita O’Hara como elefante en cacharrería, hablando por los codos y coqueteando con todos los pavos que se le acercan. Realmente ella está coladita por Ashley, un amor imposible, porque este personaje -que es el pavo mayúsculo- está prometido y se va a casar ‘como dios manda’ con la virtuosa Melania. El triángulo lo completa Reth Butler, un tipo con carácter, rudo e individualista que choca constantemente con Escarlata. La tensión sexual de Reth y Escarlata es de las que hacen saltar chispas, sin duda forman una de las grandes parejas del cine clásico y la verdadera historia de amor de “Lo que el viento se llevó”.

Escarlata es inteligente y manipuladora y cuando se ve abocada a la ruina no duda en venderse al mejor postor para conseguir el dinero que necesita. Tras la guerra, su plantación "Tara" corre el riesgo de caer en manos de los especuladores, y aquí aparece de nuevo Escarlata rompiendo con lo establecido en aquella sociedad patriarcal hasta la médula - las mujeres debían confinarse al espacio privado y a sus tareas domésticas- y revelándose como una mujer de negocios que sabe utilizar sus artimañas para salvar sus tierras sin importarle pisar cabezas y aumentar el escándalo a su paso.

Y como yo tampoco estoy dispuesta a pasar hambre y ya es la hora de la cena, me despido con  las palabras de María Castejón Leorza, doctora en Historia y especialista en representaciones, género y medios de comunicación:

"Lo que el viento se llevó en última instancia nos ofrece una heroína épica poderosa y rompedora, que ha trascendido  las décadas. Una mujer fuerte que comienza siendo una bella joven caprichosa que utiliza el poder de su belleza, pero que va más allá y construye un personaje femenino único, capaz de romper con todos los dictados patriarcales que pretendían escribir su vida, capaz de seducir a cualquiera, capaz de hacer negocios con sus antiguos enemigos, capaz de casarse sin amor como mera estrategia de supervivencia, capaz de reinventarse haciendo un vestido de unas viejas cortinas. Capaz de afirmar que todo lo que le preocupa lo pensará mañana, capaz de grabarnos con fuego aquel maravilloso “realmente mañana será otro día”. 
Amén


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